En el Perú los niños empiezan a ir a la escuela desde muy temprana edad. Para que se pueda dar inicio a la etapa escolar regular, el niño debe cumplir los 3 años de edad hasta el 31 de marzo del año en el que cursaría el primer nivel de educación inicial.
El ingreso a una etapa escolar en el nivel inicial considera que todo aprendizaje para el niño, se da en el contexto del proceso de la socialización, pues este repercute en el desarrollo de competencias, capacidades y habilidades para su desarrollo integral. En el nivel inicial el juego y el afecto constituyen factores básicos para que el niño desarrolle todas sus capacidades en un entorno de aprendizaje distinto al hogar familiar.
¿A qué edad se aprende a leer?
Una preocupación constante de los padres es el avance de sus hijos en relación al aprendizaje de la lectoescritura; sin embargo, es importante tener en cuenta que esto se desarrolla de manera progresiva según la edad y nivel de estudio.
Gracias a la estimulación del entorno familiar, los niños a la edad de tres años ya han desarrollado habilidades comunicativas, tales como vocabulario, pronunciación y escucha activa; además de la capacidad de concentración, por tanto, vienen también “leyendo” los carteles, rótulos, o etiquetas de los productos, es decir, hacen una “lectura global” o lectura de imágenes.
Sin embargo, en el caso de la lectura formal o codificada, se inicia con la entrada del niño al nivel primario. Por ello, para que este aprendizaje sea efectivo, óptimo y seguro, en el nivel inicial se ponen las bases o pilares, es decir, el aprestamiento hacia la lectoescritura. Es importante que el niño se apropie y domine su lengua materna, ello puede ser propiciado inicialmente en hogar, desde la adquisición del lenguaje oral y se optimiza en la escuela hasta la edad de 6 o 7 años, incluso antes.
Es por ello necesario que tanto la escuela y la familia unan esfuerzos para hacer más efectiva la adquisición de la escritura y la lectura de manera creativa y formal estimulando desde casa los hábitos lectores.
No todos los niños aprenden por igual
Los niños son acompañados y guiados en la escuela realizando las actividades de aprestamiento para aprender a escribir y leer. Sin embargo, no todos aprenden al mismo ritmo y es importante no presionar o forzar al niño; es necesario respetar su ritmo de aprendizaje y desarrollo. El exigir para “adelantar” o “acelerar” estos aprendizajes genera estrés, ansiedad y resta la motivación para el aprendizaje, asimismo podría causar frustración y rechazo a la lectura y escritura, haciendo que la situación empeore. En su lugar, hay que tener presente que cada niño es único y particular, por lo que hay que brindarle niveles de ayuda para que progresivamente pueda consolidar el desarrollo de la lectura y la escritura; por ejemplo:
- Leyéndole en casa.
- Comprando libros de lectura según su edad.
- Preguntándoles acerca de lo que le lee o leen por su cuenta.
- Buscando formas divertidas de enseñar, por ejemplo, mediante el juego.
- Comprando juegos educativos de palabras, por ejemplo, cartas de sílabas con las que pueden formar palabras nuevas.
- Enseñándole palabras, su significado y cómo se escriben.
Finalmente, es importante también mantener comunicación constante con las maestras para saber del proceso de lectoescritura que tiene su hijo y de haber algún inconveniente en su aprendizaje, poder llevar a cabo diversas acciones en conjunto (hogar – escuela) y, de ser necesario, considerar el apoyo externo a fin de que el niño pueda superar de manera inmediata y gradual cualquier retraso en su aprendizaje.